Era el día 3 de julio...

Muy contentas por lo vivido el día anterior, Conchita continúa escribiendo en su Diario:

"Ha llegado el lunes 3.
Nosotras muy contentas por haber visto a nuestra Madre del Cielo.
A la mañana lo primero que hicimos el lunes tres fue ir a rezar, nos fuimos a casa a hacer lo que nos mandaran nuestros padres. Después fuimos a la escuela ...fuimos en cuanto salimos de la escuela, porque ya teníamos muchas ganas de verla.
...Cuando ya nuestros padres lo creían mas y cuando ya se aproximaba la hora del domingo, primer día que vimos a la Virgen nos dijeron:
Ya tendréis que ir a rezar el Rosario al Cuadro.
Nosotras le dijimos:

-"¿Es que todavía no nos llama?"

Nosotras se lo contamos: les dijimos que era como una voz interior, pero que no la oíamos con los oídos, oíamos llamar nuestros nombres: es como una alegría.

Son tres llamadas: la primera es una alegría mas pequeña, la segunda ya es algo mayor, pero a la tercera ya nos ponemos muy nerviosas y con mucha alegría. Entonces ya viene y nosotras íbamos a la segunda llamada porque si íbamos a la primera teníamos que esperar allí hasta muy tarde; porque de la primera a la segunda, tarda mucho.
...Nosotras después de pasar esta conversación tuvimos una llamada... Después de media hora tuvimos la segunda llamada...
Según llegamos al Cuadro se nos apareció la Virgen con el Niño Jesús, pero no venían los ángeles.

Ella venía muy sonriente y el Niño también. Nosotras lo primero que le dijimos fue dónde estaba San Miguel y el otro Ángel y Ella se sonreía mucho.
La  gente y padres que había nos daban objeto para que se los diéramos a besar y ella lo besaba todo.

A nosotras, como nos gustaba hacer fiesta al Niño Jesús cogíamos piedras; yo las metía en las trenzas, Loli en las mangas y Jacinta se las daba a Él pero no las cogía sin que sonreía mucho. Mari Cruz le decía:

-"Yo, si quieres te doy caramelos que me han traído y si te vienes conmigo te los doy".

Pero Él no decía nada.
Ella nos hablaba mucho pero no se nos permitió hacerlo a nosotras (Llevar al niño).

Empezó la aparición a las siete y media y terminó a las ocho. Cuando ya nos decía:

- "Con Dios os quedáis y conmigo también"; a nosotras nos daba mucha pena.

Le dijimos:

_ "¡Adiós! 

Por último nos dijo:

-"Mañana me veréis también"."