EL 13 DE NOVIEMBRE, ELLA ME DIJO: "VE A LOS PINOS..."

 Era octubre de 1965, Conchita había ido a la iglesia a visitar al Santísimo Sacramento, cuando nuevamente escuchó, aquella dulce e inconfundible voz qué le dijo: -"El sábado 13 de noviembre ve a Los Pinos y allí me verás. Trae muchos artículos religiosos y yo los besaré todos para que los puedas distribuir. Mi Hijo hará prodigios a través de ellos".

El 13 de noviembre de 1965, era un día lluvioso cuando Conchita salió de su casa sola hacia Los Pinos. Fue una aparición especial para besar objetos religiosos, los cuales deberían ser distribuidos más tarde ya que son de gran importancia.                                                   Conchita escribe en una carta al Rev. P. Morelos: ..."Cuando llegué a Los Pinos me puse a sacar los objetos religiosos que llevaba, y en ese momento, oí una voz muy dulce, que me llamaba por mi nombre, yo le he contestado: - "¿Qué?" Y la he visto, con el Niño Jesús en brazos, venía como siempre vestida y sonriente. Le he dicho: -"He venido a traerte los rosarios para que los puedas besar",  me dijo:   -"YA LO VEO". Yo tenía una goma de mascar, pero cuando la veía a Ella no la masticaba, lo he puesto en una muela. Pero Ella me dijo: -"CONCHITA, ¿POR QUÉ NO DEJAS TU GOMA DE MASCAR Y LO OFRECES COMO UN SACRIFICIO PARA LA GLORIA DE MI HIJO?". Avergonzada, me la saqué de la boca y la tiré al suelo.    Entonces Ella dijo: -"¿RECUERDAS LO QUE TE DIJE EL DÍA DE TU SANTO, QUE  TENDRÍAS QUE SUFRIR MUCHO EN ESTE MUNDO? BUENO, PUES TE LO ESTOY DICIENDO NUEVAMENTE. PERO TEN CONFIANZA EN NOSOTROS Y OFRÉCELO A NUESTROS CORAZONES POR EL BIEN DE TUS HERMANOS. DE ESTA FORMA NOS SENTIRÁS CERCA DE TI".  Yo le dije: -“¡Oh, Madre Nuestra, cuán indigna soy de las muchas gracias que me has dado! Y a pesar de todo vienes a mí, para aligerar la pequeña cruz que cargo ahora".                                                    -"CONCHITA, NO HE VENIDO SOLO POR TI, VENGO POR TODOS MIS HIJOS, CON EL DESEO DE ACERCARLOS A NUESTROS CORAZONES. DAME, TODAS LAS COSAS QUE HAS TRAÍDO PARA QUE LAS PUEDA BESAR".                                          Y se las di. Llevaba  una Cruz conmigo la cual beso, y me dijo: -"PONLO EN LAS MANOS DEL NIÑO JESÚS". Así lo he hecho. Él no me ha dicho nada, yo dije a la Virgen: -"Esta Cruz la llevaré conmigo al convento", pero Ella no  dijo nada.                          Después de besar todo dijo: -"POR MEDIO DEL BESO QUE YO HE DADO EN ELLOS, MI HIJO HARÁ PRODIGIOS. REPÁRTELOS A LOS DEMÁS". Así lo pienso hacer. Me ha pedido le diga todas las peticiones que otras personas, me habían mandado hacerle,  lo cual hice. Ella continuó diciéndome: -"HÁBLAME CONCHITA, HÁBLAME DE MIS HIJOS. LOS TENGO A TODOS BAJO MI MANTO". Yo le dije: “Es muy pequeño, no podrán caber todos”. Ella sonrió. -"CONCHITA, ¿SABES POR QUE NO VINE PERSONALMENTE EL 18 DE JUNIO PARA ENTREGAR EL MENSAJE AL MUNDO? PORQUE ME DABA PENA DECIROS ESAS COSAS. PERO TENÍAN QUE SER DICHAS PARA VUESTRO BIEN. LOS QUIERO MUCHO Y DESEO SU SALVACIÓN, PARA REUNIRNOS AQUÍ EN EL CIELO EN TORNO DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. CONCHITA ¿NOS RESPONDERÁS TÚ ?". -"Si te estuviera viendo siempre, entonces la respuesta sería sí. De no ser así, entonces no sé, porque soy muy mala”.                                                                                                              -" HAZ TODO LO QUE PUEDAS DE TU PARTE  Y NOSOTROS TE AYUDAREMOS". Me pareció que había estado conmigo un tiempo muy corto. Me dijo también: -"ESTA SERÁ LA ÚLTIMA VEZ QUE ME VEAS AQUÍ, PERO ESTARÉ SIEMPRE CONTIGO Y CON TODOS MIS HIJOS". También me ha dicho: -"CONCHITA, DEBERÍAS VISITAR A MI HIJO EN EL SAGRARIO MAS FRECUENTEMENTE. ¿POR QUE TE DEJAS ALEJAR POR LA PEREZA Y NO LO VISITAS? TE ESPERA DÍA Y NOCHE".                                                                                                                                                  Como ya lo dije, estaba lloviendo mucho, y la Virgen y el Niño Jesús no se mojaron.  Mientras los veía no me di cuenta de que estaba lloviendo, aunque mas tarde, cuando ya no los vi, encontré que estaba totalmente empapada.                                                                                                                        Le dije a la Virgen: -"¡Oh, cuan feliz soy cuando os veo", ¿por qué no me llevas contigo ahora?". Me contestó: -"RECUERDA LO QUE TE DIJE EL DÍA DE TU SANTO: CUANDO TE PRESENTES ANTE DIOS TUS MANOS DEBERÁN ESTAR LLENAS DE BUENAS ACCIONES HECHAS PARA TUS HERMANOS Y PARA GLORIA DE DIOS, Y AHORA LAS TIENES VACÍAS"...

Fragmentos extraídos del libro: "Garabandal" de CRUZ Y FIERRO EDITORES